lunes, 10 de marzo de 2014


Dia contra la violencia de género
Las noticias que recibimos estos días, en relación a una macro encuesta que ha realizado la Agencia de Derechos Fundamentales de la Unión Europea (FRA) son francamente alarmantes.
Es la primera vez que se hace un estudio europeo sobre maltrato de género. Una muestra que recoge la opinión de 42.000 mujeres que han sido víctimas de violencia física, psíquica o sexual, en una edad que abarca desde los 15 hasta los 74 años. Un tercio de la población europea, o sea 62 millones de mujeres, han sido protagonistas de esta lacra que casi podríamos considerar de pandemia.
Son los países nórdicos (Dinamarca, Finlandia y Suecia) los más afectados, seguidos por Holanda, Francia y Reino Unido. El hecho de que nuestro país esté por debajo de la media europea no es un dato que nos deba contentar.
Este mal afecta a todas las clases sociales, con diferente nivel cultural. Por ende no es un problema que tratándolo por medio de la educación o inculcando determinados valores, logremos erradicar. O al menos no son  estas medidas suficientes para abordar el problema.
Además como señalábamos antes, es curioso vislumbrar que los países nórdicos donde las políticas de igualdad están más desarrolladas, donde cuentan con más medios económicos, con más políticas de prevención, más prestaciones sociales, aun así, es donde las cifras se disparan.
Por tanto, nos encontramos ante un problema complejo que requiere un mayor análisis. Por supuesto que todas las políticas que se implementan (medidas judiciales, policiales, denuncias, de prevención, sanitarias) son necesarias y no se deben escatimar recursos que sumen para eliminar este suceso. Pero nos encontramos con que, a pesar de todos los medios puestos a disposición, estas políticas fracasan, o al menos no son suficientes.
¿Por qué? ¿Por qué razón en numerosos casos las mujeres maltratadas retiran las denuncias o transgreden las órdenes de alejamiento? ¿Por qué los maltratadores en algunas ocasiones, luego de matarlas, se suicidan? ¿Por qué muchas mujeres llevando una vida desgraciada y siendo víctimas de humillaciones, maltratos, ya sea físicos o psicológicos, son incapaces de romper con esta situación?
Muchos son los interrogantes que surgen ante esta problemática. Si no averiguamos, si no sabemos lo que nos lleva a la violencia, a la autodestrucción, si lo único que intentamos es erradicar la conducta patológica sin tener en cuenta sus causas, si no contamos con la comprensión necesaria, estamos abocados a la repetición de dichas conductas.
Detrás de cada hombre maltratador y de cada mujer maltratada, hay una historia de vida, propia, particular, nunca mejor dicha esa frase que dice que cada persona es un mundo.
La aplicación sistemática de protocolos universales, uniformes, para todos iguales, no nos permiten abordar la particularidad que existe en cada historia de maltrato. Y sin tener en cuenta, lo propio, lo más particular de cada uno, no es posible salir de la repetición.
Si sólo nos guiamos por estudios sociológicos o estadísticos, dando prioridad a lo cuantitativo, por más políticas que se incrementen para soslayar este mal, si no tenemos en cuenta sus causas, seguiremos desorientados y dando palos de ciego.
Noticia publicada en  villaviciosadigital.es  en su sección de opinión "Haciendo Vínculo" hoy día 10 de marzo 2014. 
Mirta García Iglesias
Psicóloga clínica.

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